28/03/2025

Rivaldo: De Villano a Héroe en un Partido Inolvidable

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Rivaldo: De Villano a Héroe en un Partido Inolvidable
El 11 de marzo de 2001, el Camp Nou fue testigo de una actuación memorable de Rivaldo, quien anotó los dos únicos goles del encuentro, uno en propia puerta y otro desde el punto penal, en un partido que terminó 1-1 contra el Mallorca.

El Camp Nou se convirtió en un escenario de contrastes el 11 de marzo de 2001, cuando Rivaldo vivió una montaña rusa de emociones en un partido de Liga contra el Mallorca. El delantero brasileño, que es recordado por su habilidad y destreza, se convirtió en el protagonista inesperado del encuentro, anotando los dos únicos goles del partido, uno en su propia portería y otro desde el punto penal.

La crónica del encuentro, escrita por el periodista Andrés Astruells, relata cómo el primer gol llegó tras un desvío desafortunado de un lanzamiento de falta de Luque. A pesar de que el gol en propia puerta parecía un golpe devastador para el Barcelona, Rivaldo se redimió rápidamente al transformar un penalti cometido sobre Kluivert, igualando el marcador en el minuto 74.

El partido, que se caracterizó por su dureza y un planteamiento ultradefensivo del Mallorca, dejó a los aficionados blaugranas con el corazón en un puño. El equipo local, que dominó en ocasiones, se vio sorprendido por un gol en el minuto 51, cuando el Mallorca se adelantó sin haber realizado un solo disparo a puerta. La crónica destacó la "rentabilidad" del equipo visitante, que logró marcar en el momento más inesperado.

A pesar de su actuación llena de altibajos, se mencionó que Rivaldo había regresado de un largo viaje intercontinental con la selección brasileña, lo que podría haber afectado su rendimiento. Sin embargo, el Barcelona generó un total de once ocasiones de gol, pero la falta de puntería fue evidente. El entrenador blaugrana de aquel entonces, Llorenç Serra Ferrer, expresó su frustración tras el partido, señalando que el equipo había creado suficientes oportunidades para haber ganado el encuentro con comodidad.

En resumen, el partido del 11 de marzo de 2001 se recordará no solo por el resultado final, sino por la capacidad de Rivaldo de pasar de ser un villano a un héroe en cuestión de minutos. Su actuación, aunque marcada por la controversia, es un testimonio de la imprevisibilidad del fútbol y de cómo un jugador puede cambiar el rumbo de un encuentro en un abrir y cerrar de ojos.