La Liga se encuentra en su fase decisiva y, como en temporadas pasadas, el ambiente se ha enrarecido por decisiones arbitrales que han levantado ampollas entre los seguidores. Esta vez, el Real Madrid parece estar en el centro de una tormenta de críticas debido a la actuación de los árbitros en las últimas jornadas.
El colegiado Busquets Ferrer fue el primero en generar controversia al mostrar un gesto de alegría tras un penalti fallado por Olmo, que fue posteriormente repetido debido a la invasión del área por Moncayola. ¿Es esto un indicativo de favoritismo? La pregunta queda en el aire mientras los aficionados se preguntan si el Comité Técnico de Árbitros tomará cartas en el asunto.
La situación se complicó aún más el pasado sábado, cuando el árbitro González Fuertes tomó decisiones que dejaron a muchos boquiabiertos. A pesar de no señalar un penalti en una jugada clara en Getafe, sí otorgó dos faltas dudosas a favor del Real Madrid en su encuentro contra el Leganés. La controversia aumentó cuando Bellingham fue objeto de una falta dentro del área sin que se sancionara, lo que llevó a su compañero Lunin a declarar: “Debemos ganar sin ayudas”.
El domingo, el árbitro Pulido Santana también se vio envuelto en la polémica al no sancionar un penalti a favor de Fermín tras una falta de Asprilla. Las imágenes sugieren que la decisión fue errónea, y el diálogo entre el árbitro y el VAR ha sido objeto de análisis, con rumores de manipulación que no hacen más que alimentar la desconfianza entre los aficionados.
Estas decisiones no solo afectan el desarrollo de la competición, sino que también generan un ambiente de desconfianza en torno a la integridad del torneo. La sombra de la temporada 2019/20, marcada por el impacto del Covid-19 y la controversia en torno al Real Madrid, parece volver a cernirse sobre la Liga. Con cada jornada que pasa, la presión aumenta y las sospechas se multiplican. ¿Estamos ante un nuevo capítulo de arbitrajes cuestionables? Solo el tiempo lo dirá.