La final de la Copa del Rey disputada en La Cartuja ha dejado al Real Madrid en una posición muy complicada tras perder 3-2 frente a su eterno rival, el FC Barcelona. Este resultado no solo significa la pérdida de un título importante, sino que también plantea serias dudas sobre el futuro del equipo y su entrenador, Carlo Ancelotti.
El partido comenzó con un dominio claro del Barça, que se adelantó en el marcador gracias a un gol de Pedri. Sin embargo, el Madrid, que había llegado a la final con la esperanza de redimirse tras una temporada irregular, mostró signos de vida al empatar con un tanto de Tchouameni. A pesar de la remontada, el equipo no logró mantener la ventaja y se vio obligado a jugar la prórroga.
La situación se tornó aún más complicada cuando Ferran Torres anotó el gol del empate, forzando el tiempo extra. A pesar de contar con jugadores de calidad como Kylian Mbappé, el Madrid no pudo concretar sus oportunidades y se vio superado por un Barça que mostró más determinación y hambre de victoria.
En el minuto 116, Koundé selló el destino del encuentro con un golazo que dejó a los aficionados madridistas en estado de shock. La derrota no solo afecta a la moral del equipo, sino que también plantea serias interrogantes sobre la continuidad de Ancelotti al mando del club.
Con la Liga en una situación complicada y la Champions League ya fuera de su alcance, el Madrid se enfrenta a un final de temporada incierto. La presión sobre los jugadores y el cuerpo técnico aumenta, y la afición comienza a cuestionar el rumbo del club tras esta dolorosa derrota.
El futuro del Real Madrid se presenta incierto, y la afición espera una reacción rápida y contundente para revertir esta situación. La próxima jornada de Liga será crucial para determinar si el equipo puede recuperarse de este duro golpe o si, por el contrario, se hundirá aún más en la crisis.