El Real Madrid se despidió de la Copa del Rey en una final que prometía ser épica, pero que terminó en desilusión tras caer ante su eterno rival, el FC Barcelona, en un emocionante encuentro que se decidió en la prórroga. A pesar de un rendimiento sólido en la segunda mitad, el equipo blanco no logró concretar sus oportunidades y se vio superado por un Barça que mostró su calidad en los momentos clave.
El partido, disputado en la Cartuja de Sevilla, comenzó con un Barcelona dominante, pero el Madrid no tardó en reaccionar. Con un gol de Ferran Torres en los últimos minutos del tiempo reglamentario, los blancos lograron igualar el marcador y forzar la prórroga. Sin embargo, la alegría fue efímera, ya que un golazo de Koundé en el tiempo extra dejó al Madrid sin opciones de remontar.
Un final agridulce para los merengues
El equipo dirigido por Carlo Ancelotti llegó a la final con la esperanza de alzar un trofeo que se les ha escapado en los últimos años. A pesar de la calidad de su plantilla, que incluye a jugadores como Vinicius y Rodrygo, el Madrid no pudo encontrar la fórmula para superar a un Barcelona que ha demostrado ser un rival formidable en el torneo.
La derrota en la final de la Copa del Rey deja al Real Madrid con un sabor amargo, especialmente considerando que la Copa era su única oportunidad de conseguir un título esta temporada. Con la Liga prácticamente fuera de su alcance y la Champions League como un desafío complicado, los merengues deberán reagruparse y enfocarse en el futuro.
La afición madridista, aunque decepcionada, sigue creyendo en su equipo y espera que esta derrota sirva como un impulso para volver más fuertes la próxima temporada. El camino hacia la recuperación comienza ahora, y el Real Madrid deberá aprender de esta experiencia para volver a ser el gigante que todos conocen.