El Real Madrid se enfrentó a un nuevo desafío en su camino por LaLiga, y lo hizo con un rendimiento que dejó mucho que desear. En un encuentro que parecía destinado a terminar en un empate sin goles, el equipo de Carlo Ancelotti logró rescatar tres puntos vitales en el último suspiro, gracias a un gol de Fede Valverde.
Desde el inicio del partido, el Madrid mostró una falta de ideas y creatividad en el campo. La estrategia parecía centrarse en esperar que sus estrellas, como Vinícius Júnior y Jude Bellingham, hicieran magia, pero el Athletic Club se mostró sólido en defensa, frustrando los intentos de los locales. La afición, que esperaba un espectáculo, se vio obligada a lidiar con una actuación que oscilaba entre los pitos y los bostezos.
Sin embargo, cuando todo parecía indicar que el Madrid se quedaría con un empate que complicaría aún más su situación en la tabla, Valverde apareció en el momento más crítico. En el tiempo de descuento, el uruguayo cazó un balón suelto en el área y lo envió al fondo de la red, desatando la locura en el Santiago Bernabéu. Este gol no solo significó tres puntos, sino también un respiro para Ancelotti, cuya continuidad en el banquillo ha sido objeto de debate en las últimas semanas.
Por otro lado, la actuación de Vinícius generó controversia entre los aficionados. El brasileño, que había tenido un gol anulado previamente, no celebró el tanto de Valverde, lo que desató críticas y especulaciones sobre su estado de ánimo. A pesar de ello, su conexión con el equipo sigue siendo fuerte, como lo demuestra su relación con la familia de Valverde, quien ha declarado que su hijo idolatra al delantero.
La victoria, aunque agónica, permite al Madrid seguir en la lucha por el título, pero la falta de consistencia en su juego plantea serias dudas sobre su capacidad para competir al más alto nivel. Con la Champions League ya fuera de su alcance, los merengues deben encontrar la forma de recuperar su identidad y volver a ser el equipo temido que solía dominar el fútbol europeo.