En un gesto de respeto y solemnidad, el Inter de Milán ha optado por no jugar su partido de Serie A contra la AS Roma el próximo sábado, día del funeral del Papa Francisco. Esta decisión, aunque noble, ha generado un debate sobre las implicaciones que tendrá para su preparación de cara al crucial encuentro de Champions League contra el FC Barcelona.
El club 'nerazzurri' recibió un permiso excepcional para jugar, pero finalmente decidieron no hacerlo, priorizando el respeto por el pontífice argentino. Este cambio en el calendario significa que el Inter llegará al partido del miércoles con un día menos de descanso que su rival, lo que podría ser un factor decisivo en un enfrentamiento tan importante.
El Barcelona, que jugará su propia final de Copa del Rey el sábado, tendrá tres días completos para recuperarse antes de enfrentarse al Inter. Esta diferencia en el tiempo de descanso podría influir en el rendimiento de ambos equipos, especialmente en un torneo donde cada detalle cuenta.
La UEFA ha estado atenta a estos acontecimientos, y aunque el fútbol debe seguir su curso, la situación actual podría dar una ligera ventaja al equipo catalán. La presión está sobre el Inter, que no solo debe lidiar con la falta de descanso, sino también con la necesidad de rendir al más alto nivel en un contexto emocionalmente cargado.
La decisión del Inter de no jugar ha sido aplaudida por muchos, pero también ha suscitado críticas sobre la gestión de su calendario. ¿Será este un factor determinante en el desenlace de las semifinales de la Champions? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que el Barcelona se prepara para aprovechar cualquier oportunidad que se le presente.