El FC Barcelona se despidió de la UEFA Champions League 2024/25 en un emocionante encuentro que tuvo lugar en el Giuseppe Meazza. A pesar de haber estado a solo dos minutos de avanzar a la final de Múnich, un gol de Francesco Acerbi en el minuto 90+1' forzó la prórroga, donde el Inter se impuso por 4-3.
El partido comenzó con un Inter de Milán muy superior, que se adelantó en el marcador gracias a los goles de Lautaro Martínez y Hakan Çalhanoglu. Sin embargo, el Barça no se rindió y, tras el descanso, mostró su mejor versión. En un arranque fulgurante, Eric García y Dani Olmo lograron igualar el marcador en solo 15 minutos, llevando la emoción al límite.
Con el Giuseppe Meazza rugiendo, el Barça se lanzó al ataque y, en el minuto 87, Raphinha parecía haber sellado la remontada con un gol que desató la locura entre los aficionados culés. Sin embargo, el destino tenía otros planes. En una jugada desafortunada, el Inter logró empatar en el descuento, lo que llevó el partido a la prórroga.
Un partido lleno de polémica
El encuentro estuvo marcado por decisiones arbitrales que generaron controversia. El colegiado Szymon Marciniak no sancionó una mano de Acerbi en el área que pudo haber cambiado el rumbo del partido. Además, el Barça se sintió perjudicado por varias faltas no señaladas a favor de Lamine Yamal, lo que dejó a los jugadores culés pidiendo explicaciones al árbitro.
Íñigo Martínez, uno de los protagonistas del encuentro, se mostró orgulloso del esfuerzo del equipo y criticó las decisiones arbitrales: "El equipo ha demostrado que tiene mucho fútbol y muchas ganas. No tengo ninguna duda de que el año que viene volveremos a estar aquí". Su mensaje de esperanza resuena entre los aficionados, que ven en este equipo un futuro brillante.
La prórroga y el desenlace
En la prórroga, el Inter aprovechó su momento de fortuna y, tras un error defensivo del Barça, Davide Frattessi anotó el gol que selló la eliminatoria. A pesar de los esfuerzos finales del Barça, las intervenciones del portero Yann Sommer y la falta de suerte impidieron que los culés lograran el empate.
El global de la eliminatoria fue de 7-6 a favor del Inter, pero el Barça se marcha con la cabeza alta tras haber luchado hasta el final. Con 41 remates y 16 paradas de Sommer en total, el equipo de Hansi Flick demostró que tiene lo necesario para volver a pelear por la Champions en el futuro.
La afición culé puede estar orgullosa del rendimiento de su equipo, que, a pesar de la derrota, dejó claro que el espíritu de lucha y la calidad futbolística están más vivos que nunca. El sueño de la sexta Copa de Europa se ha desvanecido, pero la promesa de un regreso más fuerte sigue intacta.