La reciente elección de Carlo Ancelotti como nuevo entrenador de la selección brasileña ha desatado un torrente de reacciones en el mundo del fútbol, y no solo en el ámbito deportivo. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha hecho declaraciones que ponen en tela de juicio la decisión de contar con un técnico extranjero para dirigir a la 'canarinha'.
Durante un viaje a China, Lula afirmó: "Sinceramente, no tengo nada en contra de que sea extranjero (...) Lo que creo es que tenemos entrenadores en Brasil que podrían dirigir a la Seleção". Esta afirmación resuena en un país donde el fútbol es casi una religión y donde la pasión por el deporte se vive intensamente.
El presidente brasileño, conocido por su afición al fútbol, ya había manifestado su escepticismo respecto a la llegada de Ancelotti, quien ha sido considerado para el puesto durante varios años. En una ocasión anterior, Lula había declarado: "Nunca ha entrenado a Italia (...) Que resuelva los problemas de Italia, que ni siquiera participó en el último Mundial". Sin embargo, en esta ocasión, su tono fue más conciliador, describiendo a Ancelotti como "un gran técnico, muy bien preparado tácticamente", y expresando su esperanza de que pueda llevar a Brasil a la clasificación y, si es posible, a la victoria en el próximo Mundial.
La situación actual de la 'canarinha'
Lula también abordó el estado actual del fútbol brasileño, señalando que “tenemos una cosecha de jugadores que no es igual a las que tuvimos” en épocas pasadas. A pesar de que Brasil ocupa el cuarto lugar en la clasificación para el Mundial 2026, su posición no debería peligrar, ya que cuenta con una ventaja de seis puntos sobre Venezuela, que se encuentra en la séptima posición.
Además, el presidente sugirió a Ancelotti que considere convocar a los mejores jugadores del Campeonato Brasileño, afirmando: “Hagamos una selección de los 22 mejores jugadores para ver qué pasa. Creo que sería lo mismo o mejor que llamar desde cualquier parte del mundo". Esta propuesta refleja la confianza de Lula en el talento local y su deseo de ver a Brasil recuperar su estatus en el fútbol mundial.
Por otro lado, el presidente de LaLiga, Javier Tebas, también se pronunció sobre la marcha de Ancelotti, dejando claro que su ausencia no será un gran problema para la competición. "Sólo echo de menos a Moeve. No echo a nadie más de menos, para seguir trabajando, no más", comentó Tebas, sugiriendo que el fútbol español seguirá adelante sin importar la situación del técnico italiano.
En conclusión, la llegada de Ancelotti a la selección brasileña no solo es un tema de interés deportivo, sino que también ha suscitado un debate sobre la capacidad de los entrenadores locales y el futuro del fútbol en Brasil. La presión está sobre Ancelotti para demostrar que su elección fue la correcta, mientras que Lula y muchos aficionados esperan ver un resurgimiento del fútbol brasileño en el escenario mundial.