La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) atraviesa un momento turbulento que podría afectar la llegada de Carlo Ancelotti como nuevo seleccionador de la 'canarinha'. A tan solo unos días de que el técnico italiano asuma el cargo, el presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, ha sido destituido de forma inmediata por irregularidades administrativas.
Rodrigues, quien había sido el principal valedor de Ancelotti, fue cesado por el Tribunal de Justicia de Río de Janeiro, lo que deja a la CBF en una situación de gran inestabilidad. La destitución se produce en un momento crítico, ya que el nuevo seleccionador debía presentar su primera lista de convocados el próximo 26 de mayo, justo antes de los partidos de eliminatorias para el Mundial contra Ecuador y Paraguay.
El nuevo interventor de la CBF, Fernando Sarney, ha prometido mantener los contratos vigentes y preservar las actividades deportivas de la selección. Sin embargo, la sombra de la inestabilidad se cierne sobre el futuro de Ancelotti, quien había sido anunciado como el nuevo timonel del equipo brasileño.
La situación se complica aún más al conocerse que el juez Gabriel Zefiro ha encontrado irregularidades graves en la firma de un acuerdo electoral que llevó a la reelección de Rodrigues. Se sospecha que uno de los firmantes estaba incapacitado mentalmente, lo que ha llevado a la anulación de dicho acuerdo y a la destitución del presidente de la CBF.
La llegada de Ancelotti a Brasil, que se esperaba con gran expectativa, ahora se encuentra en un mar de dudas. La falta de un liderazgo claro en la CBF podría afectar no solo su presentación, sino también la planificación de la selección de cara a los próximos compromisos internacionales.
En resumen, la situación en la CBF es un reflejo de la inestabilidad que ha caracterizado al fútbol brasileño en los últimos tiempos. La llegada de Ancelotti, que debería ser un motivo de celebración, se convierte en un nuevo capítulo de incertidumbre en el balompié carioca.