La jornada 38 de LALIGA EA Sports se despidió con un emocionante encuentro entre el Athletic Club y el FC Barcelona en San Mamés, donde, a pesar de no jugarse nada en términos de clasificación, el ambiente estuvo cargado de emociones y tensiones. El partido no solo fue un homenaje a la carrera de Óscar de Marcos, quien se retiró del fútbol profesional, sino que también estuvo marcado por la polémica en las gradas.
Desde la cúpula del FC Barcelona, el directivo Enric Masip no dudó en expresar su descontento tras el encuentro. En una entrevista en 'La Posesión' de Sport, Masip comentó: "No sé qué tiene el público de Bilbao con el Barça, porque hay una animadversión tremenda desde la época de Iniesta". Esta declaración refleja la tensión que ha existido entre ambos clubes en los últimos años, especialmente tras el incidente relacionado con los billetes del año pasado.
El directivo blaugrana también hizo hincapié en el respeto que el FC Barcelona mostró hacia el Athletic, al levantarse durante el himno del club local y realizar un pasillo a De Marcos, un gesto que, según él, no fue correspondido por la afición ni por los dirigentes del Athletic. "La hostilidad se vio desde el primer momento", añadió Masip, quien se mostró decepcionado por la falta de felicitaciones por parte del presidente del Athletic, Jon Uriarte, tras la conquista de la liga por parte del Barça.
Además, el encuentro estuvo marcado por cánticos ofensivos hacia el FC Barcelona y su presidente, Joan Laporta, que fueron denunciados por LALIGA. Entre los más destacados, se escucharon frases como "puta Barça" y "ser de Barça es ser un subnormal", que resonaron en varias ocasiones durante el partido. Estos cánticos, que han sido recurrentes en otros estadios, evidencian la animosidad que persiste entre los aficionados de ambos equipos.
El ambiente en San Mamés, aunque festivo por la despedida de De Marcos, se tornó tenso por la falta de respeto hacia el club catalán. Masip concluyó su intervención señalando que "cada uno con sus actos refleja lo que es", dejando claro que la rivalidad entre ambos equipos sigue siendo intensa y, en ocasiones, poco deportiva.
Así, el FC Barcelona se despide de la temporada con un sabor agridulce, no solo por el resultado del partido, sino también por las tensiones que aún persisten en el fútbol español. La próxima temporada promete más emociones y, sin duda, más enfrentamientos cargados de historia y rivalidad.