Xabi Alonso ha tomado las riendas del Real Madrid y su enfoque táctico promete un cambio radical en la forma de jugar del equipo. A diferencia de su predecesor, Carlo Ancelotti, quien priorizaba un sistema basado en la jerarquía y el compromiso defensivo, Alonso se presenta con una propuesta más moderna y dinámica.
Desde su exitoso paso por el Bayer Leverkusen, donde implementó un juego de alta intensidad, el tolosarra ha dejado claro que su objetivo es construir un equipo sólido y cohesionado. “El reto es hacer un equipo. Si conseguimos eso, tendremos una fuerza muy potente”, afirmó en su presentación. Su metodología se basa en un juego asociativo, donde la presión alta y la recuperación del balón en campo contrario son fundamentales.
Alonso ha optado por formaciones como el 3-4-2-1 o el 3-5-2, adaptándose a las características de los rivales. Esta flexibilidad táctica contrasta con el estilo más rígido de Ancelotti, lo que podría suponer un desafío para algunos jugadores que han estado acostumbrados a un enfoque menos exigente en términos de intensidad.
Uno de los jugadores que podría beneficiarse de este cambio es Federico Valverde, quien, según el comentarista Maldini, se adapta perfectamente a las exigencias de presión y dinamismo que Alonso busca. “Valverde es el jugador que ya tiene adquirida esa capacidad de presionar y ser un 'todocampista'”, destacó Maldini, sugiriendo que otros jugadores deberán elevar su nivel para encajar en la nueva filosofía del técnico.
Sin embargo, no todos los jugadores parecen estar en la misma sintonía. Kylian Mbappé y Vinicius también están en el punto de mira. Mientras que Mbappé se perfila como el emblema del equipo, Vinicius deberá mejorar su juego sin balón para adaptarse a un sistema que prioriza el orden y la disciplina táctica. “Vinicius tiene que ser mucho más aplicado”, advirtió Maldini, sugiriendo que su capacidad de desequilibrio será crucial, pero que necesita ajustarse al nuevo esquema.
Con la llegada de Xabi Alonso, el Real Madrid se enfrenta a un nuevo capítulo en su historia. La presión está sobre sus hombros para demostrar que este cambio de dirección puede llevar al equipo a recuperar su estatus de élite en el fútbol europeo. La afición espera ansiosa ver cómo se traduce esta nueva filosofía en el rendimiento del equipo en el terreno de juego.