El Paris Saint-Germain sigue soñando con un triplete histórico, y gran parte de ese sueño se debe a la brillantez de Ousmane Dembélé. En un emocionante encuentro de semifinales de la Copa de Francia contra el modesto Dunkerque, el equipo parisino se encontraba en una situación comprometida, perdiendo 2-0 a la media hora de juego. Sin embargo, la estrella francesa emergió en el momento más crítico, anotando un golazo que revitalizó a su equipo y marcó el inicio de la remontada.

El PSG, que ya había asegurado el título de la Liga y se prepara para enfrentar al Aston Villa en los cuartos de final de la Champions, no podía permitirse caer ante un rival de menor categoría. Dembélé, quien ha tomado las riendas del equipo en ausencia de Kylian Mbappé, demostró su capacidad para cambiar el rumbo de un partido con su talento y determinación.

El primer gol de Dembélé llegó justo antes del descanso, un potente disparo que dejó sin opciones al portero rival. Este tanto no solo le devolvió la confianza al PSG, sino que también encendió la chispa de la remontada. En la segunda mitad, el defensor Marquinhos igualó el marcador con un cabezazo tras un preciso centro de Dembélé, quien no se detuvo ahí y selló el triunfo con otro gol, llevando el marcador final a 4-2.

En lo que va de temporada, Dembélé ha alcanzado cifras impresionantes, anotando un total de 32 goles en 39 partidos, un rendimiento comparable al de los mejores delanteros del mundo. En comparación, durante sus siete años en el FC Barcelona, solo logró 40 goles. Ahora, en su segunda temporada con el PSG, ya suma 38 goles, dejando claro que su mejor versión ha llegado en este 2025.

El resurgimiento de Dembélé ha sido notable desde que Luis Enrique lo dejó fuera del equipo durante una crisis en otoño. Desde entonces, ha demostrado ser un jugador clave, capaz de marcar la diferencia en los momentos más críticos. Si el PSG logra conquistar su primera Champions, el nombre de Dembélé podría estar en la conversación del Balón de Oro, un reconocimiento que parece al alcance de su mano.

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Dembélé brilla en la semifinal y mantiene vivo el sueño del triplete del PSG